Buscando los orígenes de los clubes de lectura podemos remontarnos, según Roger Chartier, a finales del siglo V antes de C., época en la que el libro empieza a considerarse además de un objeto de fijación y conservación de la memoria, como un vehículo de comunicación. También se consideran como antecedentes las tertulias literarias de Safo, Cleopatra, santa Marcela (354-411) que en su palacio del Aventino se reunía con otras patricias romanas para hablar de lo que leían en latín, griego y hebreo. A Sukayana (671-736), bisnieta de Mahoma, que abrió un salón de poetas en su casa., y así un sin fín de referencias relacionadas con los clubes de lectura a lo largo del tiempo y en diferentes latitudes y culturas.
Es a partir del siglo XV cuando se producen dos hechos fundamentales para el desarrollo del asunto que tratamos en este artículo. En primer lugar la invención de la imprenta, que supuso una proliferación de los libros y por tanto un mayor acceso a la lectura. Por otro lado, el surgimiento de una serie de espacios destinados a la conversación: academias, salones, clubes, cafés, etcétera.
Aunque la tertulia literaria y los encuentros para hablar de libros gozan de una gran tradición en España, la aparición de los clubes de lectura es un fenómeno reciente. Es a mediados de los años ochenta cuando se ponen en marcha los primeros en Guadalajara y Madrid. Desde entonces hasta ahora han proliferado por toda la geografía española y surgen constantemente tanto en los barrios de las grandes ciudades como en las zonas rurales, en las universidades y en las prisiones, en las librerías y bibliotecas, igual entre niños que entre jubilados…, conformando de esta manera una nueva forma de socialización de la lectura.
En la provincia de Albacete los clubes de lectura empiezan a funcionar de forma aislada y en pequeñas experiencias en 1996. Se ubican en bibliotecas municipales y son iniciativas individuales o propuestas de asociaciones. Proliferan rápidamente, llegando a sumar en la actualidad la cantidad de 249 clubes, de los cuales 107 son de adultos, 128 infantiles y 14 juveniles. Implican a 4600 personas y existen de discapacitados, de inglés, escuelas de adultos, por géneros (club de lectura “El Grito” de novela negra, en Albacete), etc. Tienen lugar principalmente en bibliotecas municipales, aunque también se dan en librerías, casas de cultura, colegios, asociaciones…
Desde 2002 se viene celebrando, anualmente, un encuentro provincial de clubes de lectura, desarrollándose hasta la fecha 9 encuentros provinciales y un regional (en 2009, en Albacete). Existe un catálogo colectivo de lotes de libros de gran valor, por su calidad y dimensión, que se presta a otras provincias y comunidades autónomas, sirviendo de soporte a infinidad de clubes. Desde la Junta de Comunidades de Castilla- La Mancha se imparten cursos de formación de monitores de clubes de lectura, dándose el caso, en la provincia de Albacete, de monitores contratados en exclusividad para coordinar esta actividad. Suelen financiarse con ayudas de Diputación y una pequeña aportación municipal, aunque actualmente estas ayudas están en peligro de extinción.
Una lectura en voz alta dirigida a un grupo de personas, alguien que lee para otra persona que no puede hacerlo, un grupo de personas que se reúnen para hablar de sus libros favoritos, de un género o autor, el comentario de un libro desde un punto de vista
académico en el que el maestro o monitor alcanza una cuota de protagonismo excesiva, etc., no son un club de lectura. Un club de lectura es un grupo de personas que se reúnen regularmente para comentar un libro cuya lectura se ha pactado con anterioridad.
El club de lectura de Socovos se ubica en la Biblioteca Pública y se inicia el 24 de Mayo de 2007 con el comentario de la novela Un viejo que leía novelas de amor de Luis Sepúlveda. Gonzalo García, escritor y traductor, licenciado en literatura comparada, junto con su mujer Cecilia Belza, también traductora y persona de alto nivel cultural, coordinaron las sesiones del club hasta el 22 de Julio de 2010, fecha en la que comentamos la primera parte de la trilogía Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres de Stieg Larsson. A partir de esta fecha contamos con Juan Antonio Prieto, bibliotecario de profesión y coordinador del club de lectura “El Grito” en la Biblioteca Pública del Estado de Albacete.
Hasta la fecha hemos comentado 43 obras, la mayoría de ellas novelas de diferentes géneros, y también hemos probado con algunas obras de teatro, que provocaron animadas e interesantes sesiones. Nos solemos reunir cada dos, tres o cuatro semanas (excepto en verano) en función de la extensión del libro y de las posibilidades de asistencia de los participantes. Durante la etapa de Gonzalo y Cecilia solíamos alternar obras de contenido profundo con otras más livianas, aunque no por ello menos interesantes. La selección se llevaba a cabo teniendo en cuenta una encuesta que se realizó antes de iniciar la actividad en la que se recogían las prioridades de los lectores, guiada por la experiencia de los monitores. Se han comentado también obras concretas a propuesta de los participantes, intentado en todo momento atender las preferencias lectoras de todo el grupo.
La lectura suele ser un acto íntimo, solitario, individual, que nos aísla momentáneamente de la realidad para introducirnos en la historia que el libro nos presenta. Un encuentro con el autor y con la historia que nos narra, una comunicación silenciosa que penetra en nuestra mente para interiorizar un mensaje. Este encuentro individual con el libro se enriquece cuando se traslada a la sesión del club de lectura. Se amplifica la visión de la obra con las aportaciones de los demás participantes. El análisis de los hechos, los personajes y los lugares crece exponencialmente, y el mensaje del libro cobra otra dimensión, enriquecida por los diferentes puntos de vista. Curiosamente, en algunas ocasiones, la percepción negativa que se ha tenido en la lectura individual se transforma en una valoración positiva tras las intervenciones del resto de los componentes.
A través del club de lectura, no sólo se fomenta el hábito lector, también la comunicación, el uso racional de la palabra. El libro provoca la conversación, da la palabra, y ésta es utilizada por los lectores desde el respeto a las intervenciones ajenas. Se respeta la palabra ajena en su uso, forma y contenido. Desde esta perspectiva de respeto a la palabra del otro, el arte de conversar se transforma en una actividad grata, pacífica y enriquecedora. La agresividad verbal queda anulada y el ambiente es el óptimo para las diferentes intervenciones, provocando incluso la participación de aquellos lectores más tímidos. El coordinador, también ayuda a crear el ambiente óptimo para la conversación: rellenando los silencios del grupo, ordenando las intervenciones, provocando el análisis y la opinión con respecto a aspectos interesantes del libro, aportando información sobre la obra, el autor, la época, el estilo…
En cuanto al perfil de los participantes, hemos de decir que somos un grupo bastante heterogéneo y de diferentes edades, que incluye amas de casa, estudiantes, trabajadores del campo y bibliotecarios y que está formado mayoritariamente por mujeres. Un grupo apartado de cualquier forma de elitismo literario. Que lee por el gusto y el placer de leer y conversar sobre la obra leída, aunque en ocasiones las conversaciones derivan hacia experiencias personales, opiniones sobre temas que aparecen en la novela o simplemente anécdotas y curiosidades cotidianas.
Hemos disfrutado leyendo y comentando alguna obra de ambientación marina como El viejo y el mar de Hemingway, novela negra de Lorenzo Silva, Dorothy L. Sayers o Stieg Larsson, histórica de la mano de Noah Gordon que nos sedujo con La bodega, teatro de Jardiel Poncela con Eloisa está debajo de un almendro y de Darío Fo con Muerte accidental de un anarquista y No hay ladrón que por bien no venga y otras comedias, y otras muchas obras de contenido realista, social, político o romántico que han hecho del club de lectura un espacio de encuentro en torno al libro y que han dado cohesión a un grupo de personas que han entendido la lectura como una actividad que de alguna manera colabora para mejorar nuestra formación, nivel cultural, ocio o entretenimiento y para hacer que “vivamos más vidas”, aunque solo sean imaginarias.
Aprovecho este espacio para invitar a la gente a participar en el club de lectura o en cualquier caso a leer. Es mucho lo que se recibe a cambio y poco lo que hay que aportar. Empezad a leer y si no os gusta el libro lo dejáis, siempre hay otro para elegir, al igual que cuando cambiáis de canal de televisión, sólo que en este caso la oferta es más reducida y de menos calidad. Leed, lo que queráis, lo que más os guste, a vuestro ritmo, sin grandes aspiraciones o con ellas, pero leed. Con el tiempo descubriréis que es algo de lo mejor que os ha podido pasar en la vida.
Antonio García Guerrero Bibliotecario municipal
Fuentes:
- Leer y conversar : una introducción a los clubes de lectura / Jesús Arana Palacios
- Sección del libro de Albacete