Saluda del Presidente de la Diputación de Albacete

Santiago Cabañero Masip

Leer un libro es una experiencia sensorial en la que están involucrados cuatro de los cinco sentidos pues: vista, olfato, tacto, y oído juegan un papel fundamental en la lectura.

Nuestra vista es el vehículo que nos conducirá por las páginas a través de sus palabras, fotografías e ilustraciones.

El olfato nos trasportará a un mundo mágico lleno de sensaciones al que solo se puede acceder a través del olor de las hojas de un libro. Independientemente de si éste es nuevo o viejo, las sensaciones provocadas por los aromas de la imprenta, o por aquellos adquiridos tras varias lecturas, y después de años guardado en una estantería pueden llevarnos a experimentar sensaciones propias de una montaña rusa emocional y devolvernos a tiempos pasados en los que disfrutamos de ese ejemplar.

Algo similar ocurre con el sentido del tacto. Al pasar las páginas de un libro antiguo la rugosidad de las mismas es capaz de hacernos experimentar un torrente emocional íntimo y personal, que será diferente para cada uno de los lectores como distinta será también la lectura que cada uno de nosotros podemos hacer de un mismo libro.

Además, el sentido del tacto es fundamental para que los lectores y lectoras invidentes puedan acceder a esas historias que hacen volar la mente y que, en algunos casos, se clavan en nuestro corazón impidiéndonos salir ilesos de esa historia.

El último de los sentidos a los que hacía referencia es el del oído. Gracias al desarrollo del mismo podemos escuchar lo que los escritores y escritoras han querido contarnos. Éste permite también que nuestros hijos e hijas desarrollen el amor por la lectura, por medio de la escucha diaria de estas historias que les contamos antes de dormir.

Fundamental también el sentido del oído para quienes optan por los audiolibros, un recurso primordial para aquellos amantes de la lectura que no tienen demasiado tiempo, y que han encontrado en las nuevas tecnologías un aliado clave para seguir formando parte del apasionante mundo de la lectura.

Aunque se comportan de manera diferente, todos y cada uno de estos sentidos están presentes de forma activa cuando la lectura se realiza en un Club de Lectura.

La vista, además de permitirnos una ágil lectura, nos ayudará a apreciar al resto de compañeros y compañeras; a ver cómo se expresan, y a conocer la comunicación no verbal que la explicación de ese capítulo provoca en ellos, así como las respuestas mudas de quienes participan en la reunión.

El olfato nos indicará si la atmósfera en la que se lleva a cabo el encuentro es agradable o no y será clave para la comodidad con la que nos instalemos en la sala.

El tacto poco cambia al de una lectura privada. De hecho, podría verse un poco mermado debido a la pérdida de intimidad, pues la presencia consciente que se debilita cuando estamos en un espacio público.

De entre todos, el oído es el sentido clave para el correcto desarrollo de los encuentros de un Club de Lectura. Éste nos permite avanzar en el texto y conocer las opiniones y las sensaciones que ese libro ha evocado a nuestros compañeros y compañeras, además de proyectar una idea que refuerce la que nosotros nos habíamos forjado, o de cambiar el punto de vista con el que habíamos interpretados algunos de los capítulos.

Como bien sabéis cada libro cuenta una historia, pero ésta tiene tantos matices como número de lectores, de ahí la importancia de poder plasmar estas interpretaciones en un mismo espacio confiriendo puntos de vista únicos a un ejemplar y haciendo que la lectura pase de ser un momento de intimidad personal a un tiempo para compartir. Quienes tenemos la fortuna de ser lectores sabemos que esto es así, y valoramos tanto un rato de lectura en la intimidad de nuestros pensamientos y emociones, como el tiempo en el que compartimos con otros las historias que disparan nuestra imaginación y fomentan nuestra capacidad de raciocinio.

Enhorabuena a todos y a todas por formar parte de la experiencia que supone ser miembro de un Club de Lectura, y por hacer de Albacete una provincia con 279 Clubes en activo.

 

Santiago Cabañero Masip

Presidente de la Diputación Provincial de Albacete.

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